En el n煤mero de septiembre de la revista J Med Ethics aparece publicado un art铆culo en el que sus autores, M Nair-Collins y F G Miller, realizan una aproximaci贸n al significado de la muerte por criterios neurol贸gicos (muerte encef谩lica) desde una perspectiva, ya cl谩sica de estos autores, de negar los criterios actuales de muerte encef谩lica como criterios v谩lidos para establecer la muerte del ser humano. En el art铆culo, manifiestan que los argumentos sostenidos por la Comisi贸n Presidencial de Estados Unidos para definir la muerte encef谩lica son insuficientes, ya que en su opini贸n, los 鈥渕uertos encef谩licos鈥 no presentan signos biol贸gicos de estar muertos.
Nair-Collins y Miller consideran que los planteamientos, repetidos desde la primera edici贸n de los documentos de la Comisi贸n Presidencial, introducen distorsiones excesivamente simplistas e incluso falsedades absolutas, con respecto al papel que juega la tecnolog铆a en la fisiolog铆a de un paciente que cumple con los criterios de 鈥渕uerte encef谩lica鈥. Por ello, seg煤n estos autores, estas afirmaciones err贸neas sobre porqu茅 determinar la muerte de una persona bas谩ndose en criterios neurol贸gicos, impiden un di谩logo fruct铆fero sobre el tema.
Es tambi茅n un argumento conocido en estos autores el centrar la discusi贸n no en una perspectiva global y universal del concepto de muerte por criterios neurol贸gicos, sino dirigirla fundamentalmente contra los planteamientos de la Comisi贸n Presidencial para el diagn贸stico de muerte en Estados Unidos, y que fueron publicadas en los a帽os 1981 y 2008.
En la primera edici贸n del informe del Comit茅 Presidencial (a帽o 1981) el principal razonamiento que explicaba por qu茅 los pacientes diagnosticados de muerte encef谩lica estaban muertos, era el hecho de que en dichos pacientes exist铆a una falta de integraci贸n corporal al fallar el funcionamiento cerebral, el cual era una pieza clave en la integraci贸n y coordinaci贸n de las funciones org谩nicas. Con posterioridad a la publicaci贸n de dicho documento, m煤ltiples publicaciones refutaron dicha afirmaci贸n, ya que en pacientes en muerte encef谩lica se observaban funciones integradoras. Ello fue el principal motivo por lo que la Comisi贸n Presidencial tuvo que reconsiderar la argumentaci贸n de que la falta de integraci贸n corporal (en pacientes con criterios de muerte encef谩lica) era la principal explicaci贸n para considerar la muerte de la persona en estos pacientes.
En el documento que la Comisi贸n Presidencial de Estados Unidos difundi贸 en el a帽o 2008, sustenta que la muerte encef谩lica es la muerte de la persona, e incluso que esa persona est谩 biol贸gicamente muerta, pero el hecho de que ese paciente est茅 bajo ventilaci贸n mec谩nica enmascara esos signos de muerte. En dicho informe se manifiesta: 鈥楨n los pacientes en muerte encef谩lica los medios artificiales de soporte enmascaran la p茅rdida de la integraci贸n de las funciones corporales del organismo como un todo. En esta situaci贸n no son 煤tiles los criterios dirigidos a establecer la muerte por m茅todos diferentes a los m茅todos cl谩sicos (entendiendo como tal el diagn贸stico de muerte mediante parada card铆aca) y deben emplearse criterios basados en las funciones cerebrales, los cuales abren una nueva ventana para describir el fen贸meno de la muerte鈥. Seg煤n la Comisi贸n Presidencial, y sobre todo su presidente el profesor JL Bernat, 鈥渃uando se retiran los m茅todos de soporte m茅dico artificial lo que permanece no es un organismo integrado sino exclusivamente un grupo de subsistemas artificialmente mantenido鈥. De acuerdo a ello, la muerte se sustenta en criterios neurol贸gicos, es por tanto, una concepci贸n biol贸gica de la muerte. Esta conceptualizaci贸n de la muerte, no es una concepci贸n filos贸fica, un constructo social, o una aproximaci贸n legal. Seg煤n esta base biol贸gica, aunque tales individuos aparentan signos de estar vivos, est谩n (biol贸gicamente) muertos, aunque esta realidad la muerte est谩 enmascarada por la intervenci贸n de la tecnolog铆a m茅dica.
Seg煤n Nair-Collins y Miller, la ventilaci贸n mec谩nica a la que est谩n sometidos los pacientes en situaci贸n de muerte encef谩lica, no enmascara ni genera una falsa sensaci贸n de vida, ya que esa vida existe con independencia de que se someta al paciente a ventilaci贸n mec谩nica. Es cierto que la ventilaci贸n facilita el transporte de ox铆geno a trav茅s de los pulmones hasta la sangre, y de ah铆 a todas las c茅lulas del organismo. Sin embargo, esa actividad biol贸gica a nivel de todos 贸rganos se mantiene con normalidad excepto en el cerebro. Igualmente la actividad de los tejidos, y la actividad intr铆nseca de cada una de las c茅lulas corporales pervive y no queda enmascarada por el hecho de la ventilaci贸n mec谩nica. No solo es ostensible la actividad de c茅lulas, 贸rganos y tejidos, sino que tambi茅n son manifiestos los signos de integraci贸n e interacci贸n corporal total, permitiendo interrelaci贸n entre los 贸rganos e incluso respuesta a est铆mulos externos, como por ejemplo ocurrir铆a en el caso de una inyecci贸n de bacterias, a la cual el organismo de los 鈥渕uertos encef谩licos鈥 reaccionar铆a con una respuesta inflamatoria con incremento de los leucocitos en sangre, y de mediadores de la inflamaci贸n.
En este art铆culo los autores argumentan en la insuficiencia entre distinguir apariencia y realidad para defender la visi贸n de que los 鈥渕uertos encef谩licos鈥 est谩n muertos. Igualmente concluyen que ofrecer una explicaci贸n de porqu茅 la visi贸n convencional sobre la 鈥渕uerte encef谩lica鈥, aunque err贸nea (seg煤n los autores), sigue estando soportada de modo generalizado, es debido a la 铆ntima relaci贸n que existe entre la muerte encef谩lica y la donaci贸n de 贸rganos para trasplante.
Jos茅 Mar铆a Dom铆nguez Rold谩n. Jefe Cl铆nico de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Virgen del Roc铆o de Sevilla
Observatorio de Bio茅tica. Instituto de Ciencias de la Vida. Universidad Cat贸lica de Valencia
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