1. Hemos recibido el nuevo anuncio del Sr. Gallard贸n con una mezcla de
expectaci贸n y suspicacia. Valoramos los sinceros deseos del Ministro de
abordar decididamente esta cuesti贸n, pues convertir铆a a Espa帽a en uno de los
pocos pa铆ses occidentales, que dicten una legislaci贸n que revierta una ley del
aborto, pero resulta dif铆cil no sustraerse a la decepci贸n provocada por anteriores
compromisos fallidos.
2. En todo caso, s贸lo a la vista del anteproyecto, se podr谩 hacer una valoraci贸n
fundamentada sobre las propuestas del Gobierno.
3. Reiteramos, con todo, los principios que, en nuestra opini贸n, deber铆an guiar esa
reforma:
1潞 Garantizar, sin ambages, el derecho a la vida del no nacido, en coherencia con
la doctrina del TC que impone al Estado el deber de preservar activamente ese
bien jur铆dico.
2潞 Eliminar todo punto que sugiera que el aborto es un derecho.
3潞 Ser铆a una ley in煤til y lastrada de provisionalidad, si no va acompa帽ada de
medidas legales, sociales, econ贸micas, educativas, que tutelen el derecho a la
maternidad de aquellas mujeres que sufren dificultades personales, familiares,
econ贸micas, etc. El aborto es un drama y una injusticia que debe afrontarse en
todas sus vertientes.
4. Esperamos que la invocaci贸n al 鈥渄iscurso tradicional del respeto a la vida鈥 del
PP, no se asimile a la postura que, en la pr谩ctica, mantuvo durante el periodo
1996-2004, en que se superaron los 500.000 abortos
5. El supuesto de aborto eugen茅sico deber铆a eliminarse: poco o nada aporta de
positivo a la salud de la mujer y establece una distinci贸n entre enfermedades
gen茅ticas o malformaciones que, por su ambig眉edad, da pie a discriminaciones
injustificables y podr铆a convertirse en una excusa para violentar la Convenci贸n
de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad.
6. La regulaci贸n sobre la objeci贸n de conciencia sanitaria establecida en la Ley
A铆do es, de todo punto, insatisfactoria, pues violenta la libertad de conciencia de
los profesionales y priva del derecho a la objeci贸n a aquellos profesionales cuya
participaci贸n, sin ser directa, supone una cooperaci贸n necesaria en la pr谩ctica
del aborto.
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